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Crème brûlée aromatizada con jengibre fresco. Receta vietnamita.

Ingredientes para 4 ramekin de 100 mls de capacidad:

Hoy os traigo esta increíble Crème brûlée aromatizada con jengibre fresco. Literalmente traducido como «crema quemada» es uno de los postres más famosos de la gastronomía francesa. La de hoy es la versión vietnamita que pude probar en uno de los restaurantes del país asiático. Ésta sólo es la primera de muchas recetas vietnamitas que pienso hacer ya que me traje varios libros de recetas en la maleta. Espero que hagáis este postre en vuestra casa y me contéis.

Elaboración:

En un cazo calentamos a fuego medio la nata y el jengibre pelado y troceado. Removemos un poco con una cuchara de madera. Cuando comience a hervir, lo apartamos del fuego, tapamos y dejamos reposar durante 15 minutos. Después, desechamos los trozos de jengibre.

Precalentamos el horno a 180º C con calor arriba y abajo mientras preparamos el resto de ingredientes. En un cuenco batimos las yemas de huevo y el azúcar glas hasta integrar. Vertemos esta mezcla poco a poco en el cazo donde tenemos la nata aromatizada y mezclamos hasta conseguir una crema homogénea. Es mejor no batirla demasiado ya que esto formaría burbujas en la crema.

Colocamos los 4 ramekins dentro de una fuente alta para horno y los rellenamos con la crema. Llenamos la fuente de agua caliente justo hasta la mitad de la altura de los ramekins. Metemos la bandeja al horno durante 30-35 minutos hasta que veamos que se dora ligeramente la superficie.

Transcurrido el tiempo, sacamos los recipientes del horno y los dejamos templar. Una vez fríos, los guardamos en la nevera durante 2 horas. Después, ponemos sobre la superficie de la crema una cucharada de azúcar blanco y quemamos con un soplete hasta que quede una costra oscura. (Si no tenéis soplete, volved a meter las cremas al horno en función grill durante 1 minuto). Volvemos a meter los ramekins a la nevera durante otro par de horas antes de servirlos. Es mejor prepararlos de un día para otro. Y os aseguro que están tan buenos que os comeríais uno tras otro…