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Mermelada de tomate

Ingredientes para 350 grs:

En serio, no compréis la mermelada. Hacerla uno mismo es muy sencillo, barato y gratificante. Con unas buenas verduras o frutas, un poco de azúcar y un poco más de tiempo es más que suficiente. En una hora la tenéis lista y si la selláis al baño María os puede durar meses en conserva. El año pasado ya preparé esta deliciosa mermelada de moras (aquí [1]). Ahora voy a elaborar mi propia mermelada de tomate.

Elaboración:

Lo primero que necesitamos es pelar y quitar las semillas de los tomates. Para ello, hacemos una cruz no muy profunda en la base del tomate con ayuda de un cuchillo. Mientras tanto, ponemos un cazo con agua al fuego en el que quepan al menos la mitad de los tomates y cuando rompa a hervir, los metemos. Los dejamos cocer durante 1 minuto. Después, los reservamos dentro de un bol con el agua muy fría, mejor si tiene hielos.

Cuando los tomates estén fríos, los pelamos con un cuchillo y los partimos en cuartos. Quitamos las semillas y el nervio blanco del interior y los vamos cortando en trocitos pequeños. Reservamos todo en un bol.

Para saber la cantidad de azúcar que necesitamos, pesamos la carne de los tomates y el total lo dividimos entre dos. La cantidad de azúcar será la mitad del peso de la carne. A mí me salieron 420 grs de carne de tomate, así que añadí 210 grs de azúcar (mitad blanca y mitad moreno).  En un cazo mezclamos el tomate con el azúcar y dejamos que repose durante 30 minutos.

Transcurrido el tiempo, colocamos el cazo a fuego medio y dejamos que hierva durante 10 minutos. Iremos quitando la espuma que se cree en la superficie. Pasados los 10 minutos, subimos el fuego y dejamos cocer de nuevo durante 5 minutos más removiendo de vez en cuando para que no se pegue en el fondo del cazo.

Después, bajamos el fuego muy bajo para que la mezcla vaya reduciendo y obtengamos una consistencia de mermelada. Este proceso puede durar de 20 a 30 minutos. Es importante que no quede muy espesa ya que luego cuando enfríe se quedará aún más espesa. Si tenéis un termómetro de cocina, como tengo yo, la temperatura perfecta que tiene que tener es de 105º C.

Cuando la mermelada esté lista, la guardamos en un tarro de cristal esterilizado, lo cerramos y dejamos que se enfríe a temperatura ambiente. Después, lo guardamos en la nevera y consumiremos nuestra mermelada en menos de una semana. Si lo queremos guardar para consumirla en unos meses, deberemos sellar el tarro al baño María en una cazuela grande con abundante agua hirviendo y dejarlo cocer durante 20 minutos.