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Tarta de nata, plátano y nueces caramelizadas

Ingredientes para un molde de 24 cms:

Esta tarta fue uno de los postres de la cena de Fin de Año que preparé para la gran familia de mi chico. Ni más ni menos que 34 personas. Así que la tuve que hacer bien hermosa y para ser mi segunda tarta de bizcocho tampoco quedó tan mal. Lo único, me arrepentí de no haberla rellenado con más nata. De hecho, sobró nata porque inicialmente había pensado decorarla por la parte de arriba y después, decidí dejar la superficie sencilla y al reservarla para el final no la rellené como hubiera deseado. Os cuento cómo la hice.

Elaboración:

Precalentamos el horno a 175º C.

Os diré que la tarta se compone de 2 bizcochos, así que dividiremos entre dos los ingredientes. En un bol grande batimos 200 grs de mantequilla (recordad, tiene que estar blanda) con 200 grs de azúcar hasta que esté mezclado. Después, agregamos 4 huevos, de uno en uno e integrándolos bien en la masa. Por último, incorporamos la mitad de la harina, una pizca de sal y 1/2 sobre de levadura tamizados al bol. Mezclamos todo hasta obtener una masa homogénea. Vertemos dentro del molde previamente engrasado y enharinado. Ya sabéis que yo sigo utilizando el spray antiadherente de Wilton, es fabuloso. Horneamos en el centro con calor arriba y abajo durante 45 minutos. Sabremos si el bizcocho está cocido si al pinchar con un palillo éste sale limpio. Cuando esté listo lo dejamos enfriar unos 15 minutos, después desmoldamos y dejamos enfriar por completo sobre una rejilla. Repetimos este mismo proceso para preparar el otro bizcocho.

Mientras se hornea el segundo bizcocho, podemos preparar las nueces caramelizadas. Para ello, en una cazuela calentamos el agua y al azúcar hasta que éste último se disuelva por completo. Cuando comience a hervir, añadimos las nueces y las dejamos unos 4 minutos. Las sacamos y las escurrimos. En una sartén a fuego medio calentamos dos dedos de aceite de girasol y freímos las nueces. Podemos hacerlo en dos tandas y siempre vigilando que no se quemen. Tienen que quedar marrones oscuras, no negras. Cuando estén todas, las dejamos escurrir y reservamos.

Para preparar las rodajas de plátano caramelizado necesitamos poner un poquito de azúcar moreno (o blanco) encima de cada rodaja y quemamos con un soplete. Si no tenéis soplete, podéis pasar las rodajas por la sartén o dejarlas tal cual.

Y para hacer el almíbar que emborrachará el bizcocho ponemos en un cazo a calentar el agua y el azúcar. Cuando rompa a hervir, apartamos del fuego, añadimos la cucharada de ron, mezclamos y dejamos templar.

Antes de preparar la tarta montamos la nata. Es muy importante que tanto los bricks de nata como el bol estén lo más fríos posible. Cuando la nata empiece a coger cuerpo será el momento de añadir el estabilizante y el azúcar glas. Cuando la nata haga picos y los bordes estén ligeramente amarillos es que está preparada. Reservamos en la nevera.

Cuando los dos bizcochos estén fríos, los cortaremos por la mitad. Obtendremos en total 4 capas. Sobre el plato o la bandeja donde vayamos a servir la tarta, colocamos la primera capa. La emborrachamos bien con el almíbar. Después, ponemos una buena capa de nata, lo podéis hacer con una espátula o con manga pastelera. Yo lo hice con manga pastelera y con la boquilla redonda. Tendría que haber sido una boquilla un poco más grande pero no tenía otra. Sobre la nata colocamos rodajas de plátano y nueces caramelizadas. Repetimos este mismo proceso con el resto de capas. La última capa podemos decorarla de muchas maneras. Yo al final decidí dejar una capa lisa de nata y colocar unas pocas rodajas de plátano y nueces pero si os sobra nata y queréis, podéis decorarla con bonitas formas.

La tarta fue un éxito, sobre todo por el tamaño y el peso (casi 2 kilos). La mezcla de la nata con el plátano y las nueces fue un acierto. Como comenté antes el único fallo fue no haberla rellenado con más nata pero para la próxima lo tendré en cuenta. Por cierto, ¡¡Feliz 2015 a todos!!