Ingredientes para 4 personas:
- 2 calabacines
- 1 patata grande
- 1 cebolla grande
- 1 cucharadita de sal
- 100 mls de aceite de oliva
- 1 huevo M
- 1 cucharada de aceite de oliva
Conchi, sé que tu receta original no lleva huevo, pero es que no he podido resistirme a ponérselo. Como ves, he preparado dos platos, uno que no lo lleva y otro que sí lo lleva para así tener las dos opciones a gusto del comensal. Desde aquí, darte las gracias por pasarme la receta a través de tu hija Lourdes, que es un amor de persona. Que sepas que no conocía este famoso plato de vuestra tierra y que nos ha encantado en casa. Lo repetiremos (con y sin huevo) las veces que haga falta porque es rico, sencillo y sano este zarangollo murciano. Y con rima y todo!
Ponemos a calentar los 100 mls de aceite de oliva en una sartén grande a fuego medio. Cuando el aceite esté caliente incorporamos la cebolla cortada en cuadrados, bajamos el fuego y pochamos la cebolla durante 15 minutos hasta que esté blanda pero no dorada. Después, echamos el resto de la verdura y la sal. La patata y uno de los calabacines pelados y cortados en cuadrados. El otro calabacín yo preferí dejarlo con su piel. No pasa nada porque no le aporta ningún tipo de sabor pero sí un bonito color verde a la mezcla.
Cocinamos toda la verdura junta a fuego bajo (yo 2 de 6 posiciones de mi vitro) durante 45-50 minutos. Removemos de vez en cuando con una cuchara de madera y rectificamos de sal si es necesario. Es importante dejar que la verdura se haga despacio y que no se queme. Comprobamos que la patata, que es la verdura más dura, quede blanda para saber si nuestro zarangollo está listo.
Cuando la verdura esté tierna, estará listo para servir caliente acompañado con unas rebanadas de pan. Como véis en las fotos, he decidido hacer una de las raciones con huevo revuelto. Realmente el huevo se hace cuando las verduras están listas. Se añade batido y se mezcla con la cuchara para que se cuaje junto con la verdura. Yo decidí hacer el huevo revuelto en una sartén pequeña con una cucharada de aceite de oliva caliente y después montar una especie de timbal de zarangollo con el huevo revuelto y perejil fresco picado espolvoreado en la superficie. De cualquiera de las dos maneras, este zarangollo murciano está de muerte. Tenéis que probarlo para saberlo.
