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Galletas de miel y romero

Ingredientes para 17 galletas:

¿A que son chulas estas galletas? Son galletas «Home made», caseras 100%, se lee perfectamente ¿verdad? Las hice con un sello de madera y silicona que me regaló mi compañera Silvia. Fue tenerlo en mis manos y al día siguiendo ya estaba horneando las galletas como una loca. He querido hacerlas con estos dos ingredientes (miel y romero) que me parecía que combinaban a las mil maravillas y así fue. Han sido un éxito total. En mi curro se acabaron al instante. ¿Queréis probarlas vosotros? Pues atentos a su elaboración que es bien facilita.

Elaboración:

Como siempre os digo, yo las galletas las hago con el robot de cocina pero las podéis hacer a mano perfectamente y con más paciencia, claro…

En el bol del robot de cocina echamos la mantequilla que tiene que estar blanda y el azúcar glas y batimos a velocidad media con el accesorio de gancho. Cuando quede una mezcla uniforme incorporamos el huevo y batimos bien hasta incorporarlo. Echamos la miel y batimos. Cuando esté integrada bajamos un poco la velocidad del robot y añadimos la harina previamente tamizada, la sal y las hojitas de romero fresco bien picaditas. Mezclamos hasta formar una masa homogénea y que empiece a despegarse de las paredes del bol.

La masa la despegamos con una espátula del bol y la depositamos sobre la encimera de la mesa ligeramente enharinada y la amasamos hasta formar una bola que se despegue de nuestras manos. Colocamos la bola entre dos hojas de papel de horno y con ayuda de un rodillo la alisamos hasta que tenga un grosor de unos 5-6 cms. Metemos la masa a la nevera para que se endurezca durante 1 o 2 horas. Si tenéis mucha prisa, la podéis meter en el congelador durante 30 minutos aproximadamente.

Pasado el tiempo, sacamos la masa de la nevera, despegamos el primer papel de horno  y con el sello «Home Made» vamos presionando y con un aro cortapastas vamos cortando cada galleta redonda. Retiramos el sobrante de la masa, le damos forma de bola y la volvemos a colocar y a aplanar con el rodillo entre dos hojas de papel. Reservamos de nuevo en la nevera.

Si véis que las galletas ya cortadas se han quedado muy blandas, las podéis meter en la nevera durante 15-20 minutos (si es verano incluso se pueden meter un ratito al congelador), lo que nos dará tiempo para precalentar el horno a 190º C. Cuando las galletas estén listas las pasamos con su papel a la bandeja y las introducimos al horno. Las cocemos durante 10-11 minutos hasta que veamos que se empiezan a dorar los bordes.

Sacamos la bandeja del horno y dejamos reposar las galletas durante un par de minutos ya que aún estarán blanditas. Después, con ayuda de una espátula pequeña pasamos cada galleta con cuidado a una rejilla y dejaremos que se enfríen totalmente.

Con el resto de masa que tenemos en la nevera volvemos a cortar más galletas y a hornear otra bandeja. Como siempre, las llevé al curro y volaron enseguida… Han gustado mucho, porque tienen un sabor suave pero se aprecia perfectamente los sabores de la mantequilla, la miel y el romero.