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Mousse de chocolate

Ingredientes para 4 raciones (420 grs aprox):

Cuando me propuse hacer este postre pensé que sería tarea fácil. Exactamente no sabía cuáles eran sus ingredientes así que investigué por internet. Cada uno la hace de una manera diferente. Me volví loca. Hasta leí en una web una dura crítica sobre una receta elaborada únicamente con chocolate fundido y nata montada y querían hacerla pasar por mousse de chocolate cuando eso es simplemente trufa. Sí que me he quedado bastante ojiplática cuando ví cómo un chef francés lo elaboraba sólo con chocolate fundido y agua y por lo visto, es perfecta. Sin rodeos.  Me decanté por una receta de Directo al Paladar tras elegir entre tres bastante similares. Esta es concretamente de Pakus y reducí los ingredientes para hacer menos cantidad. Que está muy buena pero ya sabéis… todo lo bueno…

Elaboración:

Fundimos primero el chocolate. Para ello, troceamos el chocolate y junto con la mantequilla lo metemos dentro de un bol de cristal y lo ponemos a derretir al baño María. Yo pongo el bol sobre un cazo con agua hiriviendo vigilando siempre que el agua no toque el cristal. También podéis hacerlo en el microondas en tandas de 30 segundos hasta que quede líquido. Por otro lado, montamos la nata. Es muy importante que tanto el brick de nata como el bol estén lo más fríos posible. Montamos la nata con la batidora eléctrica de varillas hasta que haga picos y los bordes estén ligeramente amarillos. Metemos el bol tapado a la nevera.

Cascamos los huevos y separamos las claras de las yemas. Cuando el chocolate esté tibio agregamos las yemas y mezclamos hasta integrar. Montamos a continuación las claras. Cuando comiencen a coger cuerpo echamos el azúcar en forma de lluvia y continuamos batiendo hasta que estén consistentes y blancas.

Ahora viene lo complicado. En el bol donde hemos mezclado el chocolate y las yemas incorporamos en tandas las claras montadas y mezclamos con una espátula suavemente con movimientos envolventes. Después, integramos de la misma manera la nata montada. Con mucha paciencia y cariño hasta que quede una crema homogénea.

Una vez lista nuestra mousse la repartimos en dos o tres copas y la guardamos tapada con film transparente en la nevera durante 2 o 3 horas. Después, las decoramos como más nos apetezca. Yo una la espolvoreé con cacao en polvo y la otra (que la metí en un tarrito) la decoré con nata poniendo en práctica una de mis nuevas boquillas rusas de esfera.

Como podéis comprobar en las fotos no ha quedado una textura esponjosa perfecta. (Lo mismo es por el calor del verano). Las burbujitas son pequeñas pero os puedo asegurar que tiene un sabor intenso a chocolate y una cremosidad que se funde en la boca. Pienso que no me ha quedado mal y eso que estuve bastante tiempo con mucho cuidado y paciencia integrando las claras y la nata montada. Lo que significa que no es tan fácil como parece. Así que no me quedará más remedio que repetir la mousse para conseguir que me quede una textura 100% perfecta.

Os dejo aquí un par de recetas de mousse ideales para hacer este verano.

Mousse de limón [1]

Mousse de plátano con canela [2]