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Tarta San Marcos

Ingredientes para una tarta de 20 cms de diámetro:

La Tarta San Marcos es una de esas tartas de toda la vida. Con su relleno de nata y trufa y su capa de yema quemada en la superficie… humm… es que se me hace la boca agua de pensarlo y escribirlo… La de veces que la habré pedido yo en restaurantes pero ya tenía muchas ganas de hacerla y me pareció que era una de esas tartas tradicionales que se pueden preparar perfectamente para los postres de las comidas y cenas de Navidad. Para no perder mucho tiempo buscando por internet, fuí directa a la página de Webos Fritos [1] donde publicaron el paso a paso de la receta y con la que me salió perfecta. Animaos vosotros también.

Elaboración:

La elaboración de esta tarta no es complicada pero sí requiere tiempo, así que yo hago los bizcochos un día y la nata y trufa para el relleno y la cobertura de yema (y toda la sesión de fotos, ¡cómo no!) al día siguiente.

Para el bizcocho. Precalentamos el horno a 180º C con calor arriba y abajo. Separamos las claras de las yemas. En un bol batimos el azúcar y las yemas hasta que blanqueen. Montamos las claras a punto de nieve y las incorporamos con movimientos envolventes a la mezcla de yemas y azúcar, mejor si lo hacemos en dos tandas. Ahora agregamos poco a poco la harina y la levadura previamente tamizadas y la pizca de sal. Mezclamos. Cuando consigamos una mezcla homogénea la vertemos sobre el molde previamente engrasado y enharinado. Yo uso spray desmoldante y además, en la base del molde pongo un círculo de papel de hornear. Metemos el molde al horno y cocemos el bizcocho a 180º C durante 30 minutos. Sabremos si el bizcocho está cocido si al pinchar con un palillo de brocheta éste sale limpio. Cuando esté listo lo dejamos enfriar unos 15 minutos, después desmoldamos y dejamos enfriar por completo sobre una rejilla. Cortamos nuestro bizcocho en tres capas iguales. Yo uso la cinta métrica y 2 palillos. Si preferís preparar la tarta al día siguiente, guardaremos en la nevera las capas envueltas en film transparente. Así el bizcocho se asentará y estará más manejable.

Para el almíbar. En un cazo calentamos el agua y el azúcar, mezclamos hasta que se disuelva el azúcar y cuando rompa a hervir apartamos del fuego, añadimos el brandy y dejamos enfriar.

Para el relleno de nata y trufa. Es muy importante que tanto los bricks de nata como el bol estén lo más fríos posible. Vertemos la nata en el bol del robot de cocina y batimos. Cuando la nata empiece a coger cuerpo será el momento de añadir el azúcar. Cuando la nata haga picos y los bordes estén ligeramente amarillos es que está montada. Con ayuda de una báscula de cocina, reservamos en un bol 200 grs de nata para la cobertura lateral y guardamos tapado en la nevera. El resto de la nata lo dividimos en dos partes. A la mitad de nata que quede en el bol del robot de cocina le añadimos el cacao en polvo y batimos hasta conseguir la trufa. Reservamos en la nevera ambas prepararaciones.

Para la cobertura de yema. Aquí hice mi versión y no la de la receta original. Os dejo el enlace por si queréis hacerla de la otra manera, aquí [1]. En un cazo ponemos el agua y el azúcar y hacemos un almíbar. Dejamos hervir a fuego medio durante 5 minutos. Quitamos del fuego y dejamos templar otros 5 minutos. Mientras tanto, batimos las yemas con la maizena hasta formar una crema uniforme y que no tenga grumos. Ahora vertemos en hilo el almíbar sobre la mezcla de yemas sin dejar de batir hasta integrarlo bien. Vertemos de nuevo en el cazo y llevamos a fuego lento hasta que la mezcla espese. Es importante no dejar de remover. Colamos la mezcla sobre un cuenco y tapamos con film transparente pero pegándolo sobre la crema para que no se forme costra. Dejamos que se enfríe a temperatura ambiente. No es mucha cantidad así que en 20 minutos estará ya fría.

Montaje de la tarta. Yo monto la tarta sobre un stand giratorio y sobre éste pongo una base circular rígida para tartas. Sacamos de la nevera la nata y la trufa para el relleno. Con ayuda de una espátula ponemos un pegote de nata (esto mantendrá estable la tarta) y colocamos la primera capa de bizcocho. Vertemos con una cuchara o con un pincel un poco de almíbar sobre la superficie pero sin pasarse. Ahora ponemos una buena capa de nata. Yo uso una cuchara de helado (de 5 mm de diámetro) para usar la misma cantidad en todas las capas. Puse 8 cucharadas y extendí con una espátula metálica larga. A continuación, ponemos otra capa de bizcocho. Vertemos un poco de almíbar y ponemos 8 cucharadas de trufa, alisamos con la espátula y por último, ponemos la tercera capa de bizcocho. Vertemos de nuevo un poco de almíbar y cuando lo haya absorbido, ponemos la capa de yema que tiene que estar lo más espesa posible ya que si no se caerá por los bordes. Metemos la tarta en la nevera durante 15 minutos para que se asiente.

Transcurrido el tiempo, sacamos la tarta de la nevera. Sobre la cobertura de yema esparcimos un poco de azúcar moreno y quemamos con el soplete para tostarlo. Sacamos el resto de nata de la nevera y procedemos a cubrir los laterales de la tarta tapando bien el bizcocho y el relleno. Aquí cada uno tendrá su truco. Yo hago una primera cobertura de nata y guardo la tarta en la nevera durante 15 minutos para que enfríe. Luego pongo otra cobertura de nata y aliso lo mejor posible los laterales. Cuando esté lista, ponemos la capa de almendras fileteadas que habremos tostado a fuego suave previamente. Para acabar con la decoración, metí la nata que me sobró en una manga pastelera y con una boquilla de estrella cerrada hice unas flores por la superficie y adorné con bolitas doradas de azúcar.

Preciosa ¿verdad? pues no os imagináis lo deliciosa que estaba… Ya estoy pensando en hacer otra… jeje