Ingredientes para 6-8 personas:

• Para el flan:
• 500 mls de leche entera
• 250 grs de turrón blando
• 50 grs de azúcar moreno (o blanco)
• 4 huevos M
• Para el caramelo:
• 120 grs de azúcar blanco
• 80 mls de agua

Pedazo postre para darle salida a ese paquete de turrón que se queda olvidado en el armario de la cocina año tras año. Este flan de turrón blando está buenísimo, es muy fácil de hacer y aunque no lo parezca, es ligero. La receta original es de mi querida Tere Marinval del blog Las María Cocinillas y aquí puedes leer y además, ver la receta ya que viene con vídeo, por si os surgen algunas dudas. Tere te mando un beso enorme, la verdad es que he triunfado con esta receta dulce tuya tan sencilla. El molde que he usado es de silicona con forma de lingote de 22,5 cms de largo, 8 cms de ancho y 1.200 mls de capacidad.

Elaboración:

Precalentamos el horno a 180º C con calor arriba y abajo mientras preparamos los ingredientes de la receta.

Hacemos primero el caramelo. Para ello, ponemos el azúcar y el agua en un cazo o sartén a fuego medio y dejamos que se vaya derritiendo sin removerlo con una cuchara. Cuando veamos que ha cambiado de textura, está líquido y con color marrón, retiramos del fuego y lo vertemos en un molde. Dejamos que se enfríe.

En un cuenco desmenuzamos con las manos el turrón blando, no hace falta dejarlo en polvo, podemos dejar algún trozo para encontrarlo al morder después. En un bol grande, con una varilla de mano batimos el azúcar y los huevos hasta que se integren bien. Añadimos el turrón, la leche y batimos de nuevo.

Vertemos la mezcla en el molde sobre el caramelo. Colocamos con cuidado el molde dentro de una fuente apta para el horno para cocer el flan al baño María. Llenamos la fuente con agua caliente hasta la mitad de la altura del molde y lo metemos al horno durante 40 minutos aproximadamente. Podemos comprobar si está cocido nuestro flan si al pinchar con un palillo éste sale limpio.

Pasado el tiempo, sacamos la fuente del horno. Sacamos el molde y dejamos que el flan se enfríe un poco a temperatura ambiente. Después, lo tapamos con film transparente y lo guardamos en la nevera hasta la hora de servir. Debe estar como mínimo 6 horas en la nevera pero es mucho mejor que repose toda la noche. A la hora de desmoldarlo, pasamos primero un cuchillo por los bordes y luego volteamos con cuidado sobre una fuente. Cortamos en porciones y disfrutamos. ¡Buenísimo!

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