• 1 plancha de masa quebrada
• 2 caquis persimon
• 2 cucharadas de azúcar glass
• Grosellas o arándanos para decorar
• 3 huevos
• 500 mls de leche
• 100 grs de azúcar
• 50 grs de Maizena
• 1 vaina de vainilla

Elaboración:

Colocamos la plancha de masa quebrada sobre un molde apto para el horno y la pinchamos con un tenedor, ponemos papel vegetal y encima echamos unos garbanzos para que hagan peso y la masa no suba.  Metemos al congelador durante 10 minutos. Después, horneamos a 175º C durante 20-25 minutos. Nos tiene que quedar doradita ya que no la vamos a meter al horno de nuevo. Reservamos.

Preparamos ahora la crema pastelera. En un cazo echamos los huevos, la leche, el azúcar y la maizena y batimos bien hasta que esté todo integrado. Con un cuchillo partimos por la mitad la vaina de vainilla y la añadimos también con el resto de los ingredientes. Colocamos el cazo a fuego medio y removemos sin parar hasta que la crema se vaya espesando. Cuando esté lista, retiramos el cazo del fuego. Quitamos la vaina de vainilla y con un cuchillo raspamos las semillas y las añadimos a la crema. Pasamos la crema a un bol y colocamos por encima papel transparente para que no se forme una costra dura. Reservamos hasta que se enfríe.

Extendemos la crema pastelera sobre la base de masa quebrada. Sin pelar cortamos los caquis en cuartos, y cortamos en forma de gajos finos. En el centro de la tarta vamos colocando los gajos haciendo la forma de una rosa, comenzamos con el centro, enrollando bien y luego los siguientes ya más abiertos, hasta hacerla como queramos de grande. Se sujeta bien clavándolo en la crema. Después, colocamos en el centro de cada flor un arándano o una grosella.

Por último, espolvoreamos por encima con azúcar glass y guardamos en la nevera. La tarta estará más crujiente si se hace y se consume en el mismo día. Receta original de Bocados de Cielo.

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